04 septiembre 2015

Mesías rojos

Cuando el Pueblo estaba en peligro, allí estuvo el Mesías para salvarlo. 
Sin embargo, el Mesías no era único, sino que se dividió y comenzó a guerrear contra sí mismo, convencido de que cada una de sus partes tenía una mejor forma de salvar al Pueblo, llevando a una gran disputa que terminaría por dividirlo para siempre en partes que eran inútiles.
Él Pueblo, asustado, decidió alejarse del (los) confuso(s) Mesías y prefirió seguir con la unificada seguridad de sus Tiranos que, al fin y al cabo, eran corruptos y maliciosos, pero mucho menos frustrantes.

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