“Hola. Perdón por no haberte
hablado en tanto tiempo, pero son raras las veces que siento la necesidad de
pasarme por acá. Digamos que no trae muy buenos recuerdos para ninguno de los
dos, ¿no? Como sea, hay muchas cosas que quiero decirte. Quizás lo debería
haber hecho antes. O quizás nunca, se me hace que te rompo demasiado las bolas
con este tema. Bueno, lo importante es que vine, y ya que estamos, te lo voy a decir. Tranquila, no me voy a quedar mucho. Un ratito nomás y te dejo de joder.
Hoy me senté a ver el álbum. Ese viejo álbum que tiene las fotos de esa
vieja época, cuando jugábamos juntos, ¿te acordás? Na, seguramente no. O sea,
yo debo ser el único de los dos con esas inquietudes. O sea, imaginate. Pasaron
años de eso. Yo estaba muy distinto entonces. Era más bonito. Pero vos seguís
estando igual. Al menos sé que siempre lo vas a estar en mi cabeza. El punto es
que mientras pasaba las fotos me di cuenta que cuando las veía no podía
recordar… el sentimiento. No se me ocurre la razón, pero a medida que miraba
las imágenes, parecían cosas que le habían pasado a otra persona hace mucho
tiempo atrás, alguien que conocí junto con alguien que nunca llegué a conocer
bien. Eran dos extraños sonriendo en una lámina de cartón.
Eso me hizo acordarme de algo que hablé con una chica my especial hace
poco. Si la conocés y todo. Le conté lo que me pasaba y ella me dijo lo que
había visto. Cómo éramos nosotros. Que parecíamos desconocidos, porque ninguno
sabía nada del otro. Estábamos juntos, no “amábamos”, pero no nos conocimos. Y
me di cuenta que en algo tiene razón. Siempre que quise saber algo de tu vida,
me esquivabas la pregunta o me dabas respuestas vagas. Igual que vos nunca me
preguntabas cosas sobre mí.
Y tuvo que pasar eso. Tuve que hacer esa cosa horrible para que te des
cuenta. Recién cuando nos separamos, empezaste a interesarte. Escuchaste los
discos que te di. Te tomaste el tiempo de leer lo que te escribía. Empezaste a
aparecer en mi vida como no habías estado antes, y me forzabas a estar en la
tuya. Pero lejos de hacerme feliz, eso me entristeció. Porque pensé que tal vez
todo podría haber terminado bien si hubiéramos sido capaces de romper ese muro
entre los dos.
Eso me hace preguntarme ¿Qué fui yo para vos? ¿Un amigo? ¿Una pareja? ¿Un
trofeo? Esas cuestiones daban vuelta por mi cabeza. No las soportaba. A pesar
de todo, no podía dormir por tras de eso. Y ahora que te maté, no voy a poder
saber más la respuesta.
Pero eso ya no me importa. Lo que quería decir es que ya es tarde para
querer reparar las cosas. He seguido adelante y creo que soy feliz, a pesar de
todo. Nada dura para siempre y mucho menos lo nuestro. Pero siempre me voy a
acordar de vos con algo de cariño.
Ahora me voy. No creo que volvamos a vernos.”
El cadáver salpicó un poco de escarcha cuando el hombre salió, cerrando
la puerta del freezer.
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