El pueblo japonés siempre estuvo orgulloso de su practicidad. Aplicamos el método de
adoctrinamiento en las sandías: en cuanto la fruta aparece, se le encierra en
un cuadrante para que adquiera una forma cómoda para su traslado y ubicación.
De ésta forma, la sandía se convierte en un activo y útil miembro de la
sociedad.
Tales avances en el campo de las ciencias educativas
alentaron a muchos teóricos de la nación y de todo el mundo a investigar, dando
fruto a una rama de la pedagogía dedicada especialmente a la agricultura. De
esta escuela podemos rescatar obras tales como “Dialéctica entre el tomate y el
fertilizante” de Friederich Niegel, campesino austríaco; y “Piaget para
pepinos”, del fundador del movimiento, el agricultor japonés Hayako Nikihisa.
Sin embargo, tal escuela no considera a los tuberculos como
sujetos susceptibles a ser adoctrinados, ya que escapan a todo método de
enseñanza aplicable.
¿Qué más puede esperarse de algo que crece desde abajo de la
tierra?
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