El día fue ayer cuando el autor, presa de un ardid narrativo, decidió matar a la descripción. Se sentó. Escribió un revolver y disparó contra la mímesis.
Ahora nadie puede hacer poesía, ni obras de teatro. Los realistas, naturalistas y surrealistas se desesperan. Los guías de museos, críticos de arte, historietistas, dibujantes y pintores cometen suicidio alrededor del mundo
Los lingüistas y estudiosos de las letras se lanzan a la busca del escritor homicida. En las oficinas de la RAE caen sospechosos todos los días, pero todos son liberados.
Es inútil.
Nadie puede describir la apariencia del asesino.
Genial!
ResponderEliminarGracias Azul! Me alegra que te haya gustado :)
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